viernes, 30 de septiembre de 2016

ASMA
¿QUÉ ES LO QUE ME ESTÁ ASFIXIANDO?


El asma se trata de una enfermedad crónica del sistema respiratorio que se caracteriza por una respuesta exagerada en los bronquios, esta hiperreacción ocasiona que los bronquios se constriñan (se cierren), lo que dificulta el paso de aire al pulmón y por lo tanto se presenta la sensación de ahogo o asfixia en quien lo padece.



De acuerdo con la medicina existen factores que desencadenan una crisis de asma, como animales, ácaros, algunos medicamentos, cambios de clima, ejercicio, polen, humo de tabaco, polvo o el estrés; sin embargo, la bioenergética, la biodecodificación o las técnicas de liberación emocional tienen otra teoría, tiene que ver con las condiciones sociales, familiares, psicológicas y emocionales de la persona con asma; lo que el asma quiere decir, desde estas corrientes terapéuticas es: no puedo respirar, alguien invade mi espacio o no me dejan espacio para mí, me apapachan emocionalmente y no me dejan crecer, no tengo espacio o derecho de expresarme, me controlan demasiado y no puedo ser yo mismo, me sobreprotegen, en el ambiente en el que vivo se respira la impaciencia, tengo alergia  a las persona que me rodean y rechazo su forma de ser porque no me dejan respirar, el ambiente de mi casa me ahoga o me sofoca. Si analizamos un poco el listado anterior, nos damos cuenta que en general el conflicto se desprende de mucha gente viviendo en la misma casa, sensación de que el territorio o espacio vital propio está invadido y alguien “le roba el aire” tal vez por sobreprotección, o bien que en casa existan peleas (generalmente entre los padres).

Las crisis asmáticas se presentan en diferentes momentos, identificar las características similares que rodean el evento puede ser de mucha ayuda para identificar el origen y por lo tanto enfocar el tratamiento hacia ello y poder sanar; a partir de esto, la intervención psicoterapéutica puede generar resultados impresionantes en la desaparición de los síntomas asmáticos. También es común que el “problema” provenga de los padres, en donde se hace necesaria una intervención psicoterapéutica familiar, y no es raro descubrir que quienes necesitan el apoyo psicoterapéutico, más que el niño que presenta el síntoma, son ellos; en cuanto la dinámica familiar cambia y los padres muestran un comportamiento diferente hacia el hijo o en presencia de él, el síntoma (las crisis asmáticas) desaparece.

Recuerda que sanar nuestras emociones ayuda de manera importante a evitar o eliminar enfermedades; déjate ayudar en este camino de descubrimiento de ti mismo y camina hacia la salud física y emocional, no olvides que tienes el derecho de vivir pleno y sin ataduras emocionales, ¡libérate y vive feliz!

¿Necesitas ayuda?
Psicoterapeuta y nutrióloga


jueves, 8 de septiembre de 2016

Migraña ¿Dolor de cabeza o dolor del alma?



Si has tenido alguna crisis migrañosa, seguro que no necesitas ninguna explicación de lo que es, pero te interesará conocer el origen y sobretodo la solución emocional que describo más adelante; para quienes han tenido la fortuna de no haber padecido migraña les explico brevemente de lo que se trata.






La migraña o hemicránea es un dolor agudo que se presenta normalmente en la mitad de la cabeza, puede acompañarse de un aura, es decir, algunos síntomas que aparecen antes del dolor en sí mismo y se mantienen a lo largo de los periodos de crisis, estos síntomas son: fotofobia o alta sensibilidad a la luz, las personas normalmente usan lentes solares o evitan lugares con mucha luz artificial; náuseas o vómitos; hipersensibilidad auditiva, no toleran ruidos o sonidos a alto volumen, incluso algún tipo de música o sonidos cotidianos pueden resultar bastante molestos en una crisis y puede haber también una alta sensibilidad a algunos aromas. Las crisis migrañosas pueden durar desde algunos minutos hasta varios días, y suelen ser incapacitantes. Afecta entre el 12 y el 16% de la población general, siendo la mayor incidencia en las mujeres.

Existen muchos factores que pueden desencadenar un dolor migrañoso, algunos de estos elementos son de origen fisiológico y otros más bien de origen emocional; lo más común es atribuirla al estrés o tensión nerviosa, sin embargo puede deberse también a estreñimiento (al hacer un sobreesfuerzo para la defecación, los pequeños vasos sanguíneos de la cabeza se contraen, lo que disminuye o dificulta el flujo sanguíneo y aparece el dolor y los otros síntomas), disfunción renal y retención de líquidos, ayuno prolongado, intolerancias o alergias a alimentos, insatisfacción sexual o falta de orgasmos. Hablando de los componentes emocionales asociados encontramos: resistencia ante el fluir de la vida, auto crítica, invalidación de uno mismo y miedo.

Es común asociar la migraña a la sensación de tener que controlarlo todo y buscar siempre una solución, aunque paradójicamente no se tomen decisiones. Cuando el origen de la migraña es el estrés, el pensamiento recurrente es “debo hallar una solución con mis pensamientos”, es como si congestionáramos la cabeza de intentos de solución a una problemática; cuando se presenta en fines de semana, días de descanso, vacaciones u ocasiones con oportunidad de esparcimiento, la idea que aparece es “no tengo derecho a la felicidad”; si se hace presente durante los días previos a la menstruación, los mensajes del subconsciente son “no me siento a la altura, no soy capaz, tengo demasiadas cosas qué hacer, tengo miedo de quedar embarazada o debo ser muy eficaz en lo que hago” aquí el problema de fondo  es la desvalorización.

Como podrás imaginar ahora, el primer paso hacia la solución emocional es encontrar el origen del conflicto, luego buscar la solución más viable, siempre teniendo en cuenta trabajar acerca del “control”; es fundamental aprender a reconocer y aceptar el amor que existe incluso en decisiones que no han sido acertadas, en las desvalorizaciones o en los miedos y también darnos la oportunidad de apreciar que existen puntos de vista diferentes a los nuestros, así como personas diferentes a nosotros; la solución está en tus manos y puede ser más sencilla de lo que parece, recuerda que está bien pedir ayuda, ¡mereces vivir plenamente y ser feliz!

¿Necesitas ayuda?
Psicoterapeuta y nutrióloga