La pérdida de peso
repentina sobretodo en una adolescente, sin que exista alguna enfermedad
asociada y con cambios repentinos de humor, conductas extrañas a la hora de los
alimentos y una excesiva preocupación por su imagen y peso corporal, son focos
de alerta a los que debemos estar muy atentos, ya que puede tratarse de un
Trastorno de la Conducta Alimentaria o TCA.
Anorexia significa sin hambre, sin embargo
las personas que padecen este trastorno sí sienten hambre pero evitan ingerir alimentos por el miedo excesivo a ganar peso; usualmente
son personas que tienen mucha información de nutrición, saben hacer cálculos de
calorías y cuentan cada caloría que ingieren.
Se calcula que la población que padece este trastorno es de alrededor
del 3%, siendo el 90% de los casos la presencia en mujeres y tan solo el 10% de
los hombres, la edad en la que con mayor frecuencia se presenta es entre los 12
y los 17 años, aunque pueden existir casos en los que se presente en una edad
mucho más temprana o más tardía. Desafortunadamente en 3% de los casos este
trastorno lleva a quien lo padece hasta
la muerte.
Se ha hablado mucho
acerca de las posibles causas que llevan a una persona a este trastorno,
existen una serie de factores que pueden favorecerla, aunque cada caso es
individual pero sin duda las presiones
sociales juegan un
papel fundamental en esto, ya que, los estereotipos occidentales actuales de
belleza tanto para hombres como para mujeres se caracterizan por figuras cada
vez más lineales, de tal forma que en la adolescencia, cuando se busca una
identidad, una figura o modelo a quien parecerse, nos encontramos con hombres y
mujeres “exitosos” cada vez más
delgados, imaginarios sociales que se convierten en la meta a seguir. Otro
factor predisponente es provenir de familias
demasiado controladoras, excesivamente rígidas y con altas exigencias en cuanto al orden,
calificaciones escolares y comportamientos, al verse desprovistos de autocontrol,
la manera inconsciente que encuentran de rebelarse es tienen un control
exagerado sobre la cantidad de alimentos que ingieren. Por otro lado, conviene
revisar a fondo la relación
con la madre desde
los primeros años de vida, ya que no es raro que este problema se haya gestado en
la infancia, aunque es en la adolescencia cuando se manifiesta; se habla de
situaciones de rechazo o abandono, o de no haber sabido brindar amor o de no
enseñar a la hija a aceptar este alimento
emocional, lo que se trasforma más adelante en un rechazo hacia los alimentos;
recordemos que dentro de las manifestaciones emocionales, los alimentos
simbolizan el cariño.
¿Cómo saber que
alguien padece Anorexia?
Existen síntomas bien identificables, por ejemplo: piel pálida
a causa de la disminución de hemoglobina y consecuente anemia; amenorrea, que
significa ausencia de al menos 3 periodos menstruales consecutivos, lo que deja
a la mujer con anorexia imposibilitada
para un embarazo;
padecen frío constantemente, lo que favorece la aparición de lanugo, una
especie de pelo muy fino que cubre la mayor parte del cuerpo con la finalidad
de brindar un poco de calor o aislar el frío. Las relaciones interpersonales se ven afectadas debido a su irritabilidad y cambios de humor
repentinos, además de que evitan reuniones en donde exista comida de por medio
(¡siempre hay comida de por medio!) lo que los va aislando cada vez un poco
más; cuando se encuentran en situaciones en las que se les ofrece algo de comer
siempre tienen un buen pretexto, son comunes frases como: “acabo de comer”, “estoy enferma del estómago”, “me reuniré con alguien
ahora para comer”, entre otras.
Es importante
destacar que el tratamiento debe ser multi e interdisciplinario, así, debe
atenderse desde el punto de vista médico, nutricional y por supuesto psicoterapéutico;
el primer objetivo es reestablecer las funciones normales del organismo y
lograr poco a poco la aceptación tanto fisiológica como psicológica del alimento
para lograr una recuperación orgánica total; dentro de la ayuda
psicoterapéutica se sugieren sesiones grupales con personas afectadas por el
mismo padecimiento; sesiones familiares, en donde se involucran a aquellos que
viven de cerca esta problemática y su ayuda resulta fundamental en la
recuperación; y sesiones individuales para la resolución de las problemáticas
vitales que han llevado a estos trastornos en la conducta alimentaria.
¡No te permitas morir
de hambre! ¡Date una oportunidad de alimentarte cada día de la alegría de la
vida!
¿Necesitas ayuda?
Osiris Pichardo
Nutrióloga y
Psicoterapeuta




